El turismo, ya sea de ocio o de negocio, ya no es el que era. Si antes los clientes valoraban sobre todo la limpieza y la atención personal en los hoteles, ahora el turista busca desconexión y relax, cuidar cuerpo y mente. En definitiva, la tendencia es comer sano y vivir experiencias wellness únicas.
Una de las estrategias que ayudan a incrementar la facturación en los hoteles es ofrecer servicios y productos complementarios a sus clientes. La fuerte competencia obliga en muchas ocasiones a ofrecer alojamiento a precios muy rebajados para conseguir un elevado nivel de ocupación. Sin embargo, una vez el huésped está instalado en el hotel, el consumo de servicios adicionales puede llegar a ser más rentable que el propio alojamiento.
Ir al contenido